::: 43º Aniversario Malvinas :::

CICLO ENTREVISTAS · a veteranos de la Guerra de Malvinas
(hacé clic en el título para ver los videos)

Texto aportado y autorizado a publicar, por:
                                               Comodoro-Médico VGM (R) Fernando Espiniella
                                        Ex-Jefe de a Sanidad de la FAA en la Guerra de Malvinas.

 

El regreso de Malvinas en el Norland

Estamos cerca de la fecha de conmemorar El Día del Veterano de Guerra y de los Caídos en el Atlántico Sur y vuelven a pasar por mi mente recuerdos y anécdotas de la guerra, muchos de los cuales ya he escrito en este medio o en mi libro Tras el manto de neblina. Sin embargo hay sucesos que no he relatado o a los que no me he referido con mayor dedicación y por lo tanto aprovecho estos momentos para comunicarlos.

En esta nota describiré lo que me ha ocurrido en mi viaje de regreso al continente en un viaje costeado por el Reino Unido de Gran Bretaña.

La guerra terminó el 14 de junio al mediodía y por imperio de las circunstancias (heridos y operaciones) los británicos nos permitieron trabajar hasta terminar nuestra labor médica. Así ocurrió el 15 a eso de las 7 de la mañana y al informar la conclusión del mismo informamos a los británicos de tal novedad y aprovechando que en la rada del puerto se encontraba el buque hospital argentino "Almirante Irízar" se inició la evacuación al mismo de nuestros heridos. Por medio del helicóptero de esa nave se trasladaban desde el helipuerto que habíamos construido a 100 metros del mismo y el vuelo se hacía hasta el barco hospital ubicado a unos300 metros; el tiempo de evacuación terminó cerca de las 2 de la tarde.

Al finalizar el oficial a británico a cargo me dice “Son Uds. nuestros prisioneros. Diríjanse al aeropuerto”. Nos permitieron llevar la ambulancia. Pasaron muchas cosas en el campo de prisioneros que tal vez en otra oportunidad relataré. Mis prioridades son dos escritos, éste y otro que considero vulnerable a la sensibilidad de muchos e indiferente a otros.

A los pocos días de estar como prisioneros de guerra (en total entre 4.500 y 5.000) en el aeropuerto de Malvinas al aire libre y al  caer la tarde comenzaba a nevar, el agua y los alimentos comenzaban a escasear. No había animales terrestres (incluidas las ratas) como para usar como comida. Pescar ni pensarlo; no teníamos elementos y entrar al agua fría del mar era una segura muerte instantánea por paro cardio-respiratorio. Sólo quedaban las aves malvinenses y crear tramperas en gran número para cazarlas y que sirvieran de alimento a tanta gente. (seguir leyendo el artículo completo aquí)

 

 

 

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